martes, 17 de junio de 2014

Autorretrato

La misma perra sangrando por el
orificio nasal derecho
contrario al corazón que de la pluma
reniega
su retórica maldita
el coño oxidado
la pluma es leve
la pluma es salud
la pluma y la perra
sufren ataques de epilepsia porque no
soportan al pentagrama
La misma perra que llora hacia los pájaros
por la envidia de la hiedra y la cal
derramando sus babas por el plato de comida
vacío como su alma como su pecho como su vientre
Yo
Yo
Yo

no soy Caroline

romperme hasta que sea capaz de llorar
por alguien o por mí
sacar los huesos y conservar la piel flotante
para amar
olvidar la insaciable quemazón de los dedos
al arrancarse la pantalla táctil y los datos
que no escuchan
que no acarician
que no miran
dibujar en el cielo una mano para que nos estrangule
cada noche
y así poder sentir
tengo miedo a seguir la luz la rueda el fuego
romperme y no escocer
romperme y no doler
las cucarachas sobreviven una vez más

"On Demon Wings"

el cuerpo es la losa
miro cómo me muestro ante los Otros
siento la punzada en cada línea que se tuerce
que se come a sí misma para autocorregirse
quisiera vivir dentro de una red repleta de peces
y así disimular escamas y olor a noche
ayer dibujamos el abrazo amigo
hoy solo guardo la herida
voy a morir hacia mi boca de Luna

IV

esos diminutos insectos que alimentan sus cuerpos
del papel los veo reinar
en mis venas clavando sus dientes
de viento en la madera de mi médula
ya no siento las piernas aprovecharé para volarme
el corazón

muralla

escribo en la sutileza por el
Otro que nace de las esquinas
siento sus ojos arrancar mi piel
un abrigo en su espalda reposando color vida color
nada
su boca con mis restos saboreando músculos
apartando el hueso
la carne es amarga
la carne permanece en sus molares para el alimento de después
tiene las manos empapadas de mí
rodeo con mi muerte su rostro y lo acerco
al precipicio
pero ya no me contengo
nunca me he contenido

querido submarino

en los días de sangre miro mis palmas
tengo el miedo del puñal
somos tan frágiles y a la vez tan prepotentes
la ventana se abre pero yo no escucho a dios
solo queda la lumbre inerte de mis palmas
pobres plantitas ya no regadas ya no amadas ya no violadas
recojo las cerillas de mis pestañas
soy letalmente inflamable

domingo, 15 de junio de 2014

Acidulada

Ser diáspora
La M es de María
Virgen no útero.

Esperpento

ese astro rondando dónde quedarán los días
quiero ser no preguntar
manar del centro la gota se une el rostro
no es simétrico el dolor
la imagen de la jaula la nariz desplegada hacia fuera
los pómulos de cerdo
los ojos de cerdo
los labios duros de cerdo
ese astro tumbado los coches en vena humo palomas
las ratas después
ya no sueña el cosmos con ser hombre

III

Veo un fondo de concupiscencia
sobre los rostros de los fríos cangrejos.
Las nubes con sus manos curvas
absorbiendo la sal.
No queda verde al que llorar, el mar
ha muerto entre nuestros cuerpos.
Los peces forman la lengua finita
que amamanta al hombre.
Magma rojo sangre, rojo llaga, rojo
olvido.
Nos bañamos en él.
Somos presa para nuestros propios dientes.
Habrá que lamer el suelo,
higienizar hasta el último cabello.
Nunca seremos océano.

II

Ser el muerto que arrastre tu voz hasta la fría hiedra,
hacer de ella un cielo una soga cortada
por la Luna.
Quiero que la liebre huya de mí,
no alimento no éxtasis.
Cruzar el mar sobre rinocerontes de hiel
empapándolo todo con el dolor de saberse
aguja.
Entre las uñas un jardín de momias palpitantes
el chasquido de sus dientes al amar
el olor a nectarina de sus corazones.
Los gusanos.
Dónde estarán las aves para arrancarlos de mí
rebanar a la propia daga con sus hijos.
Noche. Pétalos ensartando la luz ojos de niña
huérfana.
Me dejaré ser la muerta.
Me dejaré a la mar. La dulce
agonía.

I

El Sol pulsaba la vibración de las caracolas
y las arrugas nacían de los peces
hacia todas las estrellas.
Azul es la condena del mar,
el eterno reflejo.
Es una roca fundida en jazmín tu cuerpo,
los barcos.
Veo tu alma en cada muerte,
las gaviotas las navajas los
cerdos.
Camina hacia mí con el canto de la arena,
por encima de la fuerza y la velocidad
como un puerto sin sirenas ni esperanzas que mamar.
De la teta caliente nace tu fuego,
la teta caliente sin leche
tu un hambriento.
La piel, las manchas
blancas.
Blancas como el ojo de la serena aurora
que apoya su espalda sobre mi nariz
y yo repudiando su sombra.
Sigues oliendo a ser primario
la flecha clavada en mil costillas sin amor.
Vacío mi vientre, el dolor.
Ahora ya sabes:
sentir no es sino caminar sobre la brasa
y seguir empapándose.

viernes, 13 de junio de 2014

Teoría de la evolución

Supimos del Sol
cuando quemamos al Otro.

No despertar

El ojo es engañado por el dolor.
Una muerte súbita diseca la flor y no hay rastro
ni semilla
Pulverizado el cuerpo en un tallo niño.
Queremos ser la cruz
los clavos
las espinas
pero las aves alejan el deseo en su viaje hacia África;
hace frío,
aún,
dentro de nuestros pistilos.
Las alas ya congeladas en una tumba
que no guarda nuestros nombres.

Presente

Abro mi carne
Twitteo el logro.
Busco en mi interior el reloj
La arena es mi hogar ahora que ya no el cristal
Llaves, las encontré sobre la alfombra:
WELCOME
WE THINK ABOUT KEEPING US ALIVE
Soy incapaz de llorar algo diferente a un gigabyte.

Humedal

Se unen cuatro llagas en mi cuerpo,
las arropo en el frío mientras se abren al silencio.
Es oscuridad,
mi garganta.
No rojo.
No esperanza.
Una nana:
  mañana será la noche una bella huérfana
  de ojos y boca sellados.

La lente opaca del estómago

El cielo es ancla
La enfermedad sobre él
No apartes tu rostro.
Empapa en la savia tus cabellos
para que emane la sangre
el contagio el cese.
No apartes tu rostro
El cielo

Presa

Salpica la sombra el alcaudón
trina
Las ventanas despejadas la frente
encogida
No hay llanto enfermo de nombre
Dónde estoy sin piel la niebla
abandonada
El alcaudón mi espina
empalada.