domingo, 27 de abril de 2014

Evocación

Voces como sol
y yo junto a las flores
y la soledad.

Hambre

Quizá dibujarnos
Mar adentro
Dónde, si ya nada nos pertenece
Hay frío rodeando el cristal
El alimento
Puedo ver tus vértebras desnudas de adjetivos
Bésame

La grieta

He de partir hacia los girasoles, mi amor.
La escarcha palpita entre mis dedos
dejando tu sombra clavada en mi piel.
Tuya la sombra.
Mía la piel.
Los girasoles pronuncian mi nombre.
He de partir.

Mi amor.

Desde el rincón

Eras la sombra de luz
sobre la niebla.

Suprimir luz.

N I E B L A

Solo eso.

Antes de nacer

Ser olvido
Plantar claveles en mí
De alfileres ciegos la piel creada
La tiniebla me abruma
No me encuentro
No me conozco
¿Quién?
Ser olvido

Sobre arena

Tropezar cabeza hacia abajo con el olor a
muerte
es acariciar la
vida.

Una vez más.

Me encierro ahora en tu pecho, espalda al
sol.
Espero que las larvas me
amen
en la eternidad.

X

Marca tu cuerpo con la sangre de aquella niña
que fuiste
para que los otros puedan olerte mejor.
Hazte de luz un vestido
que conserve la infancia doliente,
y cose en tus límites la aurora.
Tienes en las rodillas la fiebre de toda la humanidad,
pero continúas siendo.
Nace de ti un canto leve de libélula,
a pesar.
"Ya no te quiero", dices.
Vuelvo al polvo rompiendo el espejo.

Sentir

Ayer dormiste con el hombro en mi nube,
volando como cordero destetado:
humano que pájaro siente sus párpados volar.
Esta sueño un cielo sobre de noche azul está.
Las estrellas.
Nunca volvió a caminar.

02:35

Hablemos del racimo de ojos en tu lengua
Acarician mi voz
La luz es azul y no hay huella.
Intentemos evitar la explosión
Un apéndice infectado escucha callando.
Quiero que me veas
Hacia el fondo
El océano se pudre con nuestras vidas.

jueves, 24 de abril de 2014

Las aves prefieren el metal

¿Quién alimentará a este corazón cachorro
ahora que la lluvia huye de la ciudad?
Quedan los cristales como labios de nieve
cayendo la distancia a flor de piel,
mas con manos de hiedra hacia la herida cabalgo,
hacia el nacimiento,
hacia la nada.

¿A quién mirarán los ojos como luces
y el cielo abierto sobre la tierra de sangre?
Ya no queda azul, emigró con las aves,
solo un hilo negro que se araña el cuello
dejando tras de sí un sueño sin amapola.

¿Dónde está el alma?
No hay aliento.

¿Por qué?

miércoles, 16 de abril de 2014

Once upon a time...

Confundir la visión con el tacto en el juego
de la pelota contra el frontón del azul cielo.
Sumergir la mano en el ojo y cubrirla
humus y alma, brillando toda
en la noche del parque del banco de la rosa.
Yo tengo que acariciarla.
Acariciar la pelota que gira hacia
mí su pecho, rojo espuma
dedal embotellado colgando del cuello.
Confundí mi sombra con la de aquella otra,
la niña, sus pies me sangraron.

viernes, 11 de abril de 2014

Fuimos en la explosión final

Abrir la llave del gas para tocarte otra vez.
Sentir en el costado la dulce punzada
y la quemazón inabarcable.
Contener el aliento, dejar que entre en mí
como replegándose por todos mis caminos,
como el caballo que nunca seremos.
En el pecho tengo una cerradura
que no quiere dejar de ser cicatriz;
es de carne de hueso de niebla.
Pero no cierres la llave.
Enciende la cerilla.
Corrompamos todos los cuerpos.

Daltonismo

Mi abuelo ve a los árboles nacer del suspiro.
Tienen en las ramas hilos de sangre
y la placenta repleta de frutos muertos;
él, un pez colgando de la lengua.
Todo coágulo niño,
avanza el aire cortando sus ojos
porque ha dormido junto al recuerdo,
porque ha destripado la fertilidad enterrada.
Mi abuelo siente a los árboles en cada rostro.
La tierra muere con él.

sábado, 5 de abril de 2014

Mortal

La bañera huele a sangre,
aquella que una vez fue mía.

solo mía

Introduzco su perfume en mi cuerpo
como si fuera un feto dormido,
me acaricio desde dentro
saboreando cada parcela, cada flor,
sin encontrar un cuerpo gemelo.

Noto ya su vestido de escarcha roja
su borde oxidado y el cieno,
lo acuno todo entre mis labios.
Respiro.

Me quiero, incluso viéndome fuera de mis venas
ahora que ya no soy mía.

no, no soy mía

Entretejer

Cierra el grifo que en mi pecho has abierto
que no soy de marfil ni mi sangre es dura.
Expulsa de mi cuerpo el olor tostado
de rosa piel herida
como si al masticarme las costillas fueras a
amarme.

No quiero ser duda que puedas ahorcar
entre ramilletes de lilas y navajas,
ni mar ni naufragio ni barco.
Coge hilo penetra la aguja retuerce el metal,
me ahoga saberme espera.

Si murieras ahora entre mis brazos, ¿querrías curarme de la muerte?