lunes, 13 de octubre de 2014
jueves, 2 de octubre de 2014
martes, 9 de septiembre de 2014
Abeja reina abeja muerta
de armas silenciadas.
Veo a través de tu piel
la niebla te compone como si las flores
ya no fueran suficientes.
Flores para un cadáver de cieno,
una cascada repleta de ojos como agujas
señalando hacia ninguna parte.
Entornas la mirada y te ves desde dentro:
una ciudad derruida por los cañones del hastío,
las cenizas y la escarcha.
Tienes entre las costillas el reflejo del insomnio,
la boca de marfil,
todos los animales que soñaste.
Tu cabeza se inclinará frente al Hambre
y la sangre llorará tu ausencia.
Pero no huyas de ti,
eres el arma última de tu especie.
Orfandad
VI.
respirar allá arriba hasta que la presión inunde
mi sangre
hasta que el viento coma de
mi carne
y la haga volátil y bella
encontrar mi pecho y acariciarlo en
la calma de las flores
sentir el hueso, ser árbol de frutos y hielo
no morir jamás
V.
para hacer de él un cielo
arranco las pestañas de su nacimiento, ya no protegen
de la sal
siento el fuego dentro
siento lo mortal
tiemblo sobre la rama, un gorrión no puede volar
grita a su madre
grita a su hogar vacío
quisiera extirpar sus córneas para que lograse
la Palabra
Dentro de la noche
para introducir los dedos en sus estambres.
Empaparme de su líquido mortal y que reine
en mi noche
su suero de dulce mortalidad,
sonrosando la muerte a mi cuerpo
mi corazón de fruto inmaduro.
Que abran las puertas de todos los hogares y pinten
con mi sangre astros en las frentes de los primogénitos,
para que así nunca vuelen
para que así nunca sientan.
Conservar la humedad de la flor marchita,
envasar la fertilidad
la tierra entre las costillas.
Los estambres se balancean colgando de los balcones
y los cachorros alimentan mi estómago
con su azúcar azul.
En la oscuridad, quedamos todos
tumbados con los labios cosidos
por los pétalos.
Corroer
cuando devoras la tierra y mi cuerpo
y tu sangre se ensancha dentro de tus venas
hasta dibujar sobre mí el tapiz de todas las lunas
Eres demasiado joven para saber de las aves
aquellas que arrancan los ojos de los que señalan
Deja que te arrastre todo el camino hasta la cama
de arena, como mi nombre,
porque yo soy solo en tu mente
porque yo soy un juguete de madera
que no limpiará de su boca el azul de tus iris.
El eterno espejo
que fueron hechas para resaltar nuestras deformidades,
pero entonces he ahí el ínfimo aleteo de David entre sus muslos
y ya nadie me señala en la cicatriz ni en la llaga
porque el templo se ha desplomado sin llantos,
solo resuena el canto de los dedos aplicando filtros
a nuestras bellas crisálidas.
IV.
pues madre fue de tierra
y en la cuna un llanto sordo
de orquídeas y noche.
Me crié dentro de la flor huida
para conservar la raíz,
pero ahora me muerdo el interior
de los labios degustando la sangre
sin lactosa,
pura y extinta de lobos y parásitos.
Amenaza
las grandes puños morados de la enfermedad
atravesando el pecho del hombre
del ser tendido en toda su extensión
como un tallo agotado
donde perdí mi infancia y mi anhelo
Allí mi sangre y mis huesos derrumbados
ocultos bajo un aluvión de pájaros muertos
así el olor a tierra recubrió mi luto
Las ramas me crecían pero yo huí
desde dentro
buscando la luz, la ceguera eterna
porque ahora tiemblo cuando cierro los ojos
y tumbo mi cuerpo mientras miro mi pecho
y veo diminutos bultos morados
que bailan como hormigas tóxicas.
El sacrificio
de amapolas y cristales serán mis ojos.
Todo océano de fuego
-el hogar sin calma
la vigilia de mi ser-
desaparecerá conmigo en el reflejo
de mi propio vientre.
Permitid el agua en mi boca
y yo os donaré mis órganos de tinta.
Regreso al inicio
ver tus ojos de cristal donde no quede
sol ni ahora
Siento un gran escozor en mi vida
como recuerdo del amor huérfano
hacia el cuerpo y su sangre.
Madre, madre, gira tu cielo hacia mí
haz de mi muerte una explosión de flores
y borra mi existencia,
mi fuego y mi cielo,
mi yo acuático
que te desea justo antes del sueño.
Dime si esto que acuno entre mis brazos
es mi alma
o simplemente la inverosímil máscara
de la soledad.
Mimetismo
con un jazmín de oro entre las costillas
Se amontona la escarcha bajo mis pies,
siempre alrededor de los animales muertos
De repente el tallo, un brote de agua fría,
lame mis venas porque entiende la fealdad de mi existencia
Es mi aliento aquella rama seca
que es de la tierra y del olvido.
Los ojos agrietados por el tigre que soy yo y todos los hombres
envolver ganado y cría
como un todo que se nubla con la obsolescencia
de la palabra.
He visto a miles de niños devorar a otros niños,
el sino reflejado en la sangre
de toda mi descendencia.
Dios, tú que comes de tus hijos
no te lleves mis órganos aún
no permitas mi renacer en bestia.
Hundir mis garras en un cuello blando
para observar cómo la flor y por qué la sombra.
Siento la llama en mí
pero reniego de su voz
-no a la voz,
no a la sangre-
aparto de mi cabello el viento que bebe la tierra
y vuelve a ser en mí:
el rugido.
Hacia la otra orilla
Veganismo
Deshazte de la inocencia
pues Madre va a volver con un cesto
repleto de cabezas azules
[Todas para ti
Deberás comer una a una sus manos
de nacimiento sin Luna
como aquella fresa pálida de tu vientre
Las estaciones están
dentro de ti aprende a acariciarlas
[Todas para ti
Y entonces te ofrece un cubo de espinas
donde introducir los dedos
hasta besar la luz definitiva.
La llamada
Huele a fertilidad y a Madre
Sé que ahora soy parte de la matriz,
el hielo quedó a las afueras
el centeno cubre mis ojos y me canta
como hice yo con mi infancia
como hice yo con mi sombra de niña sin lengua
Encuentro el grano último, lo beso,
lo introduzco en mi boca
La unión de la sangre.
lunes, 8 de septiembre de 2014
Premonición
El desgarro de la especie humana
caliente como venas enamoradas de la noche.
¿Siente su hálito,
su temporalidad precipitada
hacia el despliegue de la carne?
Cántele al cielo mientras pulsa
la metralla del lobo
y bañe su corazón en ella.
Esas bombas allá comen carne de niño
en el parque de atracciones
en el jardín repleto de flores que
colocarán sobre sus lápidas.
Imagínese ahora un centenar de agujas
besando su estómago
y su madre llorándole a una cuna vacía,
meciendo la sangre y el llanto a partes iguales.
¿Siente su nombre-aullido-infierno
entre el fusil y el poder?
Abra los ojos y contemple la vaca muerta
el ídolo de sal
la tierra yerma,
y responda: ¿es usted la imagen y semejanza de Dios?
Tras la infancia
Señalar la herida
El alimento
-el metal y la espina a cada lado-
expandiéndose el vacío ante mi aura.
Dios aún no ha nacido
Se inclinan las aves hacia el estanque y beben
de la sangre pura de mi descanso.
Oliendo a cadáver feliz, alejada ya de las heces
y la Norma,
la tierra me recibe como la flor de agua.
Dios aún no ha llegado
Soy ceniza,
el eco de la extremaunción baila
[las raíces
el viento
una cucaracha y sus larvas
todo entorno a mi espíritu en el terreno vivo.
Mi cuerpo es el alimento que os hará vivir.
Diálogo contra uno
Por qué siento a este animal muerto
que son mis manos?
Escucha mi lamento, dime
si este el canto de sirena
si esta la anfetamina de mi vientre
que me despierta siempre con el color exacto
de un espejo llorado por la fruta, por la piel
Miro mis labios, están
anidando un aluvión de narcisos
y ya deserto de esta la cama sin dueño
que no me posee
pues es la sangre huérfana de mi huida
Hastío
una bandada de pájaros más arriba cigüeñas en círculos
cada vez más y más abiertos
en medio la bruma del río moribundo
Amanece y anochece y contemplo en cada pared de cal cubierta en cada copa
lejana y doliente en cada ventanal en cada
vuelo perfecto
el reflejo del miedo y la desolación
que es mi rostro apoyado en el cristal de mi habitación
La penumbra
todavía me latía el corazón yo les avisé
de una bujía de una diminuta ramificación de oscuridad
enamorada de mis arterías
estaba apegada a un tramo central por donde pasaban
millones de glóbulos rojos como hormigas devorando
el tronco y el musgo
Sus manos estaban frías tan frías como un suspiro
pero no oyeron nada
ni siquiera el llanto quedo de la flor muerta que encierro
en mi gran e inerte pecho
El peso
porque he enterrado mis defectos bajo una montaña
de autoengaño
Nada queda ahora que giro en círculos
intentando encontrar una baldosa hueca
donde introducir mi seca piel
"Soy de carne pues aún consigo verme a través del cemento"
me digo mientras canto una canción cuya letra no recuerdo
Siento cómo pesa mi pecho en cada pisada
subiendo escalones de arena que solo me llevan
al punto de inicio
Quizá no pueda huir en un mundo de redonda hipocresía
Blancanieves y la manzana
para que su hielo no queme mi frente de dulce amargura
Al final del día quedan solo las marcas de sujetador
la piel rosada repleta de la exquisita saliva de los encajes
Morir mientras se duerme era aquello que sucedía en cada final Disney:
besar al hombre que ha de llevarte sobre su regazo
después de arrancar tu apellido de cada factura.
Sucumbir
sin cesar las escamas multiplicándose como dientes incandescentes
Nunca olvidaré la forma en la que el viento violaba a una gaviota
la empujaba hacia el límite de mis ojos y yo sentía su furia contra la mía
deseaba ser la gaviota con las alas ensangrentadas
Así todo el tiempo a mis pies se tradujo en quimera en una enorme vorágine de espigas
que me conducían hacia la luz inevitable
pero yo no podía penetrar en lo desconocido
pues mi cuerpo estaba comido por las escamas
Ojos de aguja
niña
que llora tras el cristal de luna de una frente sin límite
Me pregunto cuánto tardaría en recorrer un campo de mierda con estas sandalias de Zara
si sirvo para algo más que para llenar los huecos vacíos de otras muecas
Mi cabello cae en cada lavado y se queda ahí mirándome como una bulímica
que vomita los corazones de sus amantes millonarios
Salir de entre las sábanas es ahora una lucha entre el amor propio y la regeneración
sobre todo ahora que mis hormonas se atrofian porque ya soy adulta
porque ya debo responder con una firma y no con caramelos
Quisiera entregarle a cada ser humano un trozo de mi carne, poco hecha,
para que supieran el precio de la mortalidad.
Metamorfosis
El otro cuerpo
rozo con mis dedos la costilla y la amo
Nace la radiación y dormimos hasta mañana
hasta el final del vacío
Mis huesos el espejo la cavidad olvidada
Una galaxia encerrada perdida en el tuétano
Y lloran las estrellas ante el uranio
ante el plutonio
ante la electricidad de un beso
pues el odio me exprime
Quedo congelada en un negativo donde no hay carne
donde no hay sangre.
Ciclo
y dijeron: "Eres madera".
Recordaron la sal introduciéndola en la herida
y gritaron: "Eres polvo".
Las hormigas subieron entonces por los brazos
incubando en ellos su ira
su miel sus cuerpos de tinta infinita.
Vi mi cuerpo inundado de tierra
la boca y las cuencas aguadas, el fuego de muerte
y me susurré: "Ahora eres vida"
Exposición
en que eligen la corriente caliente
como la sangre
bombeando los músculos en el susurro
en la palabra.
No encuentro en mí afirmación
ni universo,
solo soy una larva que se arrastra
que se come a sí misma
que elige la muerte.
Mi piel blanca duele en los límites del reflejo,
llamo a la madre que hay en mí
responde con un aullido.
He nacido para la autodestrucción.
Catarsis
su peso de marfil su peso de cielo
corro hacia dónde
corro hacia quién
Abro mi pecho y no encuentro la luz, no
queda azul ni viento
Quiero el aullido en mi centro
pero solo recojo humo
Sobre la sal encuentro mi cuerpo
rozando acariciando oliendo el sexo de lo animal
lo desconocido
El lobo que hay en mí huye
El espacio entre
hacia el estómago negro del negro mar
Estoy ciega, arrancaron tus ojos
y yo ya no puedo ver mi reflejo
La tierra está cubierta de sal
cubierta de flores
cubierta de muerte
Quiero escapar pero tú eres un pez muerto volando hacia abajo
Y yo
luz
III.
abierto justo por el centro
La sangre es más oscura allí donde se ha amado
Aún recuerdo la arritmia del dolor
la pura carne saboreada por el lobo
la manada con sus dientes y sus manchas
Escucho desde la llama fría del olvido
el chasquido de las venas al explotar
hacia dentro,
como un pez sobrealimentado
como un pez burgués y sonrosado
que ceba a sus hijos para devorarlos
Fui en la herida y no cicatricé,
fracturé el sexo de mi madre,
deshice el amanecer con mi llanto
y aún así las agujas me señalan con ternura
II.
cuando desees vivir
Quiero que con tus manos tejas sobre mi espalda
la tela de araña que imagino
Ser presa
Ser ordeñada por la humedad de otro cuerpo
hasta sacar de mí la muerte
Utiliza tu pupila como daga porque la noche
necesita sangrar
Transmitamos la rabia a los mamíferos
a los mortales en su fría aurora de sueño
Haz de mi cuerpo el arma que destruya tu razón
Salgamos de la piel,
de la tierra,
del cielo abierto en tres mil plagas
No saborees lo efímero
ahora somos agua
I.
predecir mi muerte.
Esperé en la mecedora la ruptura del asfalto.
Imaginé sentir la proyección de los astros en mí.
Miré mi ombligo por si sangraba la noche
de mi nacimiento.
No encontré la oración que me hiciera llegar
hasta la eternidad.
Yo
en mis pechos
Sedosos son los martillos cuando taladran
la fría daga de mi frente
y recogen con su savia la aurora que hay en mí
Ahora en la red madura no quedan frutos
pues los ángeles descendieron y mis pies
besan la mugre
Siento el abrazo del hierro, siento
mi piel enroscada entorno al agua
entorno a la vida, alimentándose de mí
Cada germen en mi cabeza está regado con sal
para que no vuelva a nacer
Cada poro secreta gas
dentro de mi jaula de luz y arena
Soy inmortal, eterna en la pesadumbre
No existe la levedad
Réquiem de agua
Su muerte azul enredada
Como los remolinos de cuervos de mis ojos
Todos los días llueve tras de mí un millón de cabezas vacías
Intento abrirlas pero mis dedos son ramas
Son pinzas
Son plumas
Y no me encuentro el puñal en ninguno de los costados
Donde lo deje para emergencias
Llega entonces la ambulancia cargada de moluscos
Me duele el estómago
Dentro habita la ballena y su joroba
Pero no la enseño
Es mía
Mi pequeña huella marina que ahoga mis entrañas
Mi muerte azul de gaviota prostituida por la ciudad y el tiempo
martes, 17 de junio de 2014
Autorretrato
orificio nasal derecho
contrario al corazón que de la pluma
reniega
su retórica maldita
el coño oxidado
la pluma es leve
la pluma es salud
la pluma y la perra
sufren ataques de epilepsia porque no
soportan al pentagrama
La misma perra que llora hacia los pájaros
por la envidia de la hiedra y la cal
derramando sus babas por el plato de comida
vacío como su alma como su pecho como su vientre
Yo
Yo
Yo
no soy Caroline
por alguien o por mí
sacar los huesos y conservar la piel flotante
para amar
olvidar la insaciable quemazón de los dedos
al arrancarse la pantalla táctil y los datos
que no escuchan
que no acarician
que no miran
dibujar en el cielo una mano para que nos estrangule
cada noche
y así poder sentir
tengo miedo a seguir la luz la rueda el fuego
romperme y no escocer
romperme y no doler
las cucarachas sobreviven una vez más
"On Demon Wings"
miro cómo me muestro ante los Otros
siento la punzada en cada línea que se tuerce
que se come a sí misma para autocorregirse
quisiera vivir dentro de una red repleta de peces
y así disimular escamas y olor a noche
ayer dibujamos el abrazo amigo
hoy solo guardo la herida
voy a morir hacia mi boca de Luna
IV
del papel los veo reinar
en mis venas clavando sus dientes
de viento en la madera de mi médula
ya no siento las piernas aprovecharé para volarme
el corazón
muralla
Otro que nace de las esquinas
siento sus ojos arrancar mi piel
un abrigo en su espalda reposando color vida color
nada
su boca con mis restos saboreando músculos
apartando el hueso
la carne es amarga
la carne permanece en sus molares para el alimento de después
tiene las manos empapadas de mí
rodeo con mi muerte su rostro y lo acerco
al precipicio
pero ya no me contengo
nunca me he contenido
querido submarino
tengo el miedo del puñal
somos tan frágiles y a la vez tan prepotentes
la ventana se abre pero yo no escucho a dios
solo queda la lumbre inerte de mis palmas
pobres plantitas ya no regadas ya no amadas ya no violadas
recojo las cerillas de mis pestañas
soy letalmente inflamable
domingo, 15 de junio de 2014
Esperpento
quiero ser no preguntar
manar del centro la gota se une el rostro
no es simétrico el dolor
la imagen de la jaula la nariz desplegada hacia fuera
los pómulos de cerdo
los ojos de cerdo
los labios duros de cerdo
ese astro tumbado los coches en vena humo palomas
las ratas después
ya no sueña el cosmos con ser hombre
III
sobre los rostros de los fríos cangrejos.
Las nubes con sus manos curvas
absorbiendo la sal.
No queda verde al que llorar, el mar
ha muerto entre nuestros cuerpos.
Los peces forman la lengua finita
que amamanta al hombre.
Magma rojo sangre, rojo llaga, rojo
olvido.
Nos bañamos en él.
Somos presa para nuestros propios dientes.
Habrá que lamer el suelo,
higienizar hasta el último cabello.
Nunca seremos océano.
II
hacer de ella un cielo una soga cortada
por la Luna.
Quiero que la liebre huya de mí,
no alimento no éxtasis.
Cruzar el mar sobre rinocerontes de hiel
empapándolo todo con el dolor de saberse
aguja.
Entre las uñas un jardín de momias palpitantes
el chasquido de sus dientes al amar
el olor a nectarina de sus corazones.
Los gusanos.
Dónde estarán las aves para arrancarlos de mí
rebanar a la propia daga con sus hijos.
Noche. Pétalos ensartando la luz ojos de niña
huérfana.
Me dejaré ser la muerta.
Me dejaré a la mar. La dulce
agonía.
I
y las arrugas nacían de los peces
hacia todas las estrellas.
Azul es la condena del mar,
el eterno reflejo.
Es una roca fundida en jazmín tu cuerpo,
los barcos.
Veo tu alma en cada muerte,
las gaviotas las navajas los
cerdos.
Camina hacia mí con el canto de la arena,
por encima de la fuerza y la velocidad
como un puerto sin sirenas ni esperanzas que mamar.
De la teta caliente nace tu fuego,
la teta caliente sin leche
tu un hambriento.
La piel, las manchas
blancas.
Blancas como el ojo de la serena aurora
que apoya su espalda sobre mi nariz
y yo repudiando su sombra.
Sigues oliendo a ser primario
la flecha clavada en mil costillas sin amor.
Vacío mi vientre, el dolor.
Ahora ya sabes:
sentir no es sino caminar sobre la brasa
y seguir empapándose.
viernes, 13 de junio de 2014
No despertar
Una muerte súbita diseca la flor y no hay rastro
ni semilla
Pulverizado el cuerpo en un tallo niño.
Queremos ser la cruz
los clavos
las espinas
pero las aves alejan el deseo en su viaje hacia África;
hace frío,
aún,
dentro de nuestros pistilos.
Las alas ya congeladas en una tumba
que no guarda nuestros nombres.
Presente
Twitteo el logro.
Busco en mi interior el reloj
La arena es mi hogar ahora que ya no el cristal
Llaves, las encontré sobre la alfombra:
WELCOME
WE THINK ABOUT KEEPING US ALIVE
Soy incapaz de llorar algo diferente a un gigabyte.
Humedal
La lente opaca del estómago
La enfermedad sobre él
No apartes tu rostro.
Empapa en la savia tus cabellos
para que emane la sangre
el contagio el cese.
No apartes tu rostro
El cielo
Presa
trina
Las ventanas despejadas la frente
encogida
No hay llanto enfermo de nombre
Dónde estoy sin piel la niebla
abandonada
El alcaudón mi espina
empalada.
miércoles, 28 de mayo de 2014
La ventana
como si yo fuera la luz.
La luz incomparable del silencio
cuando me alejo del humano
para ser.
La ceguera profunda sacia su hambre con mi vientre
y tiembla el cielo en pestañas de cristal,
aquellas parecidas al miedo.
Tengo sobre mi cuerpo
el diente y la sangre,
la rama y el frío.
Me inundo desde dentro,
desdoblándome toda sobre la ciudad.
Oigo la voz del metal contra mi piel, creando
sombra, caleidoscopio, oscuridad.
Parpadea la tierra
y la calma tras el disparo naciente de mi sien
derrumba la profundidad del vuelo de todas las aves.
De mí salen los ojos
mirando hacia nunca
y hacia todo.
domingo, 25 de mayo de 2014
Monotonía
En la mirada la cuerda floja
El estallido de las aves
Sobre los girasoles una lengua de fuego
La ceguera perpetua de los árboles
Sal tintada con el sudor de todos nuestros abuelos
Las manzanas ya no tienen gusanos
Y yo lloro por haber perdido
Ahora quién
No hay por qué ni quién
Porque no hay Yo
En la mirada la cuerda floja...
Preceder
Ojalá el aire se condensara alrededor de las pupilas
para cubrir el cielo con miedo
y no despertar en él.
Contemplarlo ajeno, tardío,
como al amor;
fuera de mí.
Que sea de otros y no sombra,
ni escudo,
ni Palabra.
Que descomponga la tierra
y salgan las larvas huérfanas llorándole a la noche
fría e indolora.
Solo acaricio temblor.
Estoy cansada.
Me regalo flores
Mi cuerpo es hierba seca.
Noto cómo las arterias respiran y sufren
en el invierno,
la nieve las asfixia pero yo
respiro.
Existo en el sueño de la sangre
para recoger de ella el veneno.
El fruto dulce sobre la lengua
rozando mi garganta su piel antigua;
vistiéndome el pecho de lavanda
muerde, al fin, la luz a la carne.
Huelo a ayer.
sábado, 24 de mayo de 2014
domingo, 11 de mayo de 2014
Trinchera
Hay una estrella de sangre en mi cráneo.
La noto bailar por entre el abismo que separa mi ser
de la infinita Pregunta.
Forma un cosmos recortado en la tiniebla
la ceguera dulce de la ira.
Un mar de pólvora ahogando pulmones en la piel recostado,
no hay lugar ya en ella.
Entonces un rayo posa su frente sobre mis rodillas
y ya no quiero volver a estar.
Abandono la cáscara primigenia
arrojando de mí el tiempo.
Grito la furia de mis abuelos.
Firmo sobre el metal mi partida.
Quedan los párpados y las vísceras azules
saludando a los soldados de arena.
Solo guardo la única huella que me observa desde dentro.
jueves, 8 de mayo de 2014
Volver
El hijo no conoce la Palabra.
Me arrastro junto al útero.
Tiene las paredes repletas de nubes,
la cara y el mercurio,
el centro mimetizándose con la radiación,
labios cubriendo todo el lugar.
Todos visten de labios sus pasos.
Solo veo curvas engullendo rojos
el líquido frío derramado junto a la sal
las heridas cubriendo cuerpos
desnudos los dientes.
Los dientes.
Dientes como sentimientos.
El sudor sabe a naranja
cuando se es rayo.
Siento tormenta.
Al fin la ciudad me vomita.
En las rodillas me dibujé un lago de tiza,
esperando así al mudo pasado.
Los cachorros corren ahora delante de mí.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Epitafio
con alas de cieno salpicando la sangre.
Una bomba encendida de olvido acallaba a la noche,
en el sueño un niño meciendo a su madre.
Los hogares vomitaban el fuego del pasado,
las calles relinchaban muertas.
Eran las voces un canto febril que anunciaban,
solo anunciaban,
sin saber qué.
Estado: comatoso
Alrededor de la flor hay un espejo que señala.
La tierra tiembla.
Vivir en la nada,
flotando sin nombre porque no soy
sino la sombra.
Un pétalo menos en cada sueño alrededor.
El ocaso me llama con su voz de alambre,
vuelo.
Vivo y sueño.
Sueño alrededor de mi cuello.
La nada.
Coloreadas quedan mis pupilas tras el miedo.
lunes, 28 de abril de 2014
domingo, 27 de abril de 2014
Hambre
Quizá dibujarnos
Mar adentro
Dónde, si ya nada nos pertenece
Hay frío rodeando el cristal
El alimento
Puedo ver tus vértebras desnudas de adjetivos
Bésame
La grieta
He de partir hacia los girasoles, mi amor.
La escarcha palpita entre mis dedos
dejando tu sombra clavada en mi piel.
Tuya la sombra.
Mía la piel.
Los girasoles pronuncian mi nombre.
He de partir.
Mi amor.
Antes de nacer
Ser olvido
Plantar claveles en mí
De alfileres ciegos la piel creada
La tiniebla me abruma
No me encuentro
No me conozco
¿Quién?
Ser olvido
Sobre arena
Tropezar cabeza hacia abajo con el olor a
muerte
es acariciar la
vida.
Una vez más.
Me encierro ahora en tu pecho, espalda al
sol.
Espero que las larvas me
amen
en la eternidad.
X
que fuiste
que conserve la infancia doliente,
Nace de ti un canto leve de libélula,
a pesar.
Sentir
volando como cordero destetado:
humano que pájaro siente sus párpados volar.
Esta sueño un cielo sobre de noche azul está.
Nunca volvió a caminar.
02:35
Hablemos del racimo de ojos en tu lengua
Acarician mi voz
La luz es azul y no hay huella.
Intentemos evitar la explosión
Un apéndice infectado escucha callando.
Quiero que me veas
Hacia el fondo
El océano se pudre con nuestras vidas.
jueves, 24 de abril de 2014
Las aves prefieren el metal
ahora que la lluvia huye de la ciudad?
Quedan los cristales como labios de nieve
cayendo la distancia a flor de piel,
mas con manos de hiedra hacia la herida cabalgo,
hacia el nacimiento,
hacia la nada.
¿A quién mirarán los ojos como luces
y el cielo abierto sobre la tierra de sangre?
Ya no queda azul, emigró con las aves,
solo un hilo negro que se araña el cuello
dejando tras de sí un sueño sin amapola.
¿Dónde está el alma?
No hay aliento.
¿Por qué?
miércoles, 16 de abril de 2014
Once upon a time...
Confundir la visión con el tacto en el juego
de la pelota contra el frontón del azul cielo.
Sumergir la mano en el ojo y cubrirla
humus y alma, brillando toda
en la noche del parque del banco de la rosa.
Yo tengo que acariciarla.
Acariciar la pelota que gira hacia
mí su pecho, rojo espuma
dedal embotellado colgando del cuello.
Confundí mi sombra con la de aquella otra,
la niña, sus pies me sangraron.
viernes, 11 de abril de 2014
Fuimos en la explosión final
Sentir en el costado la dulce punzada
y la quemazón inabarcable.
Contener el aliento, dejar que entre en mí
como replegándose por todos mis caminos,
como el caballo que nunca seremos.
En el pecho tengo una cerradura
que no quiere dejar de ser cicatriz;
es de carne de hueso de niebla.
Pero no cierres la llave.
Enciende la cerilla.
Corrompamos todos los cuerpos.
Daltonismo
Tienen en las ramas hilos de sangre
y la placenta repleta de frutos muertos;
él, un pez colgando de la lengua.
Todo coágulo niño,
avanza el aire cortando sus ojos
porque ha dormido junto al recuerdo,
porque ha destripado la fertilidad enterrada.
Mi abuelo siente a los árboles en cada rostro.
La tierra muere con él.
sábado, 5 de abril de 2014
Mortal
La bañera huele a sangre,
aquella que una vez fue mía.
solo mía
Introduzco su perfume en mi cuerpo
como si fuera un feto dormido,
me acaricio desde dentro
saboreando cada parcela, cada flor,
sin encontrar un cuerpo gemelo.
Noto ya su vestido de escarcha roja
su borde oxidado y el cieno,
lo acuno todo entre mis labios.
Respiro.
Me quiero, incluso viéndome fuera de mis venas
ahora que ya no soy mía.
no, no soy mía
Entretejer
que no soy de marfil ni mi sangre es dura.
Expulsa de mi cuerpo el olor tostado
de rosa piel herida
como si al masticarme las costillas fueras a
amarme.
No quiero ser duda que puedas ahorcar
entre ramilletes de lilas y navajas,
ni mar ni naufragio ni barco.
Coge hilo penetra la aguja retuerce el metal,
me ahoga saberme espera.
Si murieras ahora entre mis brazos, ¿querrías curarme de la muerte?
martes, 25 de marzo de 2014
Pausa
Llegó a mí un aleteo frío como de aura débil y doliente,
y fue la estrella más niña
la que durmió junto a mi corazón.
domingo, 23 de marzo de 2014
Antonimia
sábado, 22 de marzo de 2014
La voz
Simbiosis
Ya no creo
La hora del desayuno
Emana de mí.
Tu código de barras
Infartos cerebrales
Huesos de cristal
hasta nacer un arpón de lengua
que envolviera toda la duda en su nido de sal.
Como una solapa metálica yerma de ojos
rozando cada esquina con la frente febril
de la fe.
como el animal que llevo dentro,
como el hambre que come de mi cuello
para volverse luego del revés.
Así toda yo limitada por la piel,
esquiva la palabra de un roce aún niño,
un silencio que no llega a terminar de romperse.
Es un llanto.
Amargo.
Cerrar los sentidos para caer en la oscuridad.
El antifaz ya no.
Naturaleza tardía
el Animal.
Una carcasa de hierba seca recubre
el cuerpo
y queda rendida la promesa de un mañana
ante el frío de la línea recta.
miraron mis manos con hambre,
me abandonaron como lo harán los hijos que nunca tendré.
Era el sol un puñado de semillas lascivas,
luego el viento...
por el vacío del mar.
La carcasa era la Grieta.
El Animal durmió sobre mí
con un cielo de claveles naciendo de su pecho.
sábado, 15 de marzo de 2014
Noche de cacería
Buscó dentro de mí su recuerdo de flor amarga,
hurgando entre mis costillas con pinzas de luna llena;
repletas sus sombras de atardecer.
El rastro que dejó la huella en mi cromosoma alteró el instrumento
y el contenido solo fue el aullido de mi olvido;
el insalvable hueco entre dos almas
ladraba mientras nosotros huíamos.
Nunca supimos si el cielo llegó a acariciar nuestros pies
antes de que los lobos anidaran en el interior.
El símbolo de luz bajo la X durmió.
Pero sobrevivieron los ojos más verdes y de ellos
nacieron dos narcisos.
martes, 11 de marzo de 2014
Instinto
abandonando a la noche en su frío lomo oxidado.
Sonríe si vuelvo mi espalda hacia él,
puedo sentir en la nuca su aliento de carne.
La silueta dibujando una pared de cera,
un muro llameante de costillas y arterias,
induce a la crispación de mi sistema nervioso.
El infarto reinó cuando el salón quedó repleto de huéspedes:
aquellos que son todos los fantasmas que habité
con ojos de perro
una noche de metal,
y yo yazgo sin iris con una mancha de tibio amanecer
escarlata
en las sienes.
lunes, 10 de marzo de 2014
XXI ergo Cementerio
no se riega
pues las heces de España quieren congelar mi piel.
Mi piel de aparente impermeabilidad amarga
como un sapo fuera de la charca,
como una oca sin dado,
que cruje en la explosión de uranio de todas las pupilas.
"Tiro, tiro por el oro entre mis costillas", dicen.
Yo espeto que la espada se hunde en la carne y
fragmentará a todo ser
aunque no se sepa siendo sin reflejo.
Ya no veo más allá del trigo en la espalda de la Identidad,
su contorno árido en mi pecho,
la hoz sonriéndole a mi llegada.
Aguanto mi asfixia cuando camino entre la sal.
Soporto en mis cervicales las rectas tangentes
del rey de los ajos y las cebollas.
"Pero no, no tiraremos hasta que mueras", rectifican.
Entonces transformaríame mi sombra en orquídea
para supurar montículos de costras
en sus párpados;
nunca más en los míos.
sábado, 8 de marzo de 2014
que sumía en el boceto a los peces,
Donde mundos de arena quedaban cerca de las manos
en aquellas noches lunares como ojos incesantes,
en la pupila una promesa,
en la lengua la daga;
Fue una gaviota el beso, lanzado en picado
hacia una superficie ajena a la nada;
Pero bravías las olas que aclamaron desde dentro
partiendo un suspiro en dos latidos.
Ahora ya no se existe.
viernes, 7 de marzo de 2014
Anticristo
Canibalismo
Pretérito del Ser
miércoles, 5 de marzo de 2014
El jardín
Las rosas son dientes que acechan la huella.
Diminutos cosmos enlazados a la humedad
de una tierra sin nombre.
Son como costillas de barro,
huérfanas.
Nosotros las miramos desde abajo,
pues no queda gravedad en la retina
y hace frío con los pies descalzos.
Nosotros las miramos con las manos como espinas
y las espinas como respuestas sangrantes de un cielo ya lejano.
Tenemos miedo.
Nos tapamos el rostro,
ese hueco en el norte del cuerpo que se retuerce sin gemir
si lo abandonas.
Acurrucamos la duda en el regazo y esperamos.
Sentados.
Un final.
Pero las rosas tienen hambre
y nosotros somos la carne.
domingo, 2 de marzo de 2014
7 vidas no vividas.
Nada habitó en mí salvo un zumbido,
el rastro del Nombre,
la eterna fisura conmigo misma para con mi sombra.
Humo pisaron mis pies excepto la grava,
el húmedo barrizal de palabras,
la volátil alma y el pájaro ajeno.
La mano golpeando mi pecho
con el mar llamando al Nombre,
entrando en él como un ciervo corriendo hacia el fuego:
duros los huesos pero inocente la
carne.
Sal fue aquello no sentido.
Huella no quedó en el asfalto huérfano de rosas.
Estupor que no tembló de amor ni de frío
en el reflejo.
Es un laberinto mi cráneo
y su contenido me enreda la garganta.
Solo existe la hierba alta que crece sin permiso,
el mármol que encierra el aliento,
el breve recuerdo de una ola con dientes de carnero
(la tierra
los guijarros
mi cuerpo).
Nada habitó en mí salvo un zumbido
que era el eco de mi sexto corazón.
lunes, 24 de febrero de 2014
Pequeña y dulce la espina
no duerme.
La maceta tiene cara de ovejita, mamá;
yo no puedo regarla ya.
Me acarician sus brazos cuando le hablo
y gime bajo si aprieto mi aire en torno a su cuello.
Creo que al fin se durmió, mamá.
Marzo
Empiezo a pensar que la cama es boca ajena
Con labios brillantes por la saliva de mi cuerpo
Con la piel estirada con el hambre primitivo de la carne fresca.
Penetro su interior buscando bombas
Tocando su lengua con los pies
Tocando sus dientes con el olvido.
No recuerdo cuál fue la última vez
Que guié mis pasos hacia otra orilla
Y era la noche
Pero mis ojos quedaron en la cama de la boca ajena de los labios y la lengua
Todo fue bruma
Todo fue calma
Hasta que las sábanas colisionaron con el espejo.
martes, 18 de febrero de 2014
La sombra esquiva que siempre irá conmigo: mi ciudad.
domingo, 16 de febrero de 2014
Retrato de la Envidia
jueves, 13 de febrero de 2014
Se retuerce y abre la boca, salen de ella aquellos cuervos que se comieron mis ojos
domingo, 9 de febrero de 2014
Retroceder
Derruidos
nunca más.
El rostro también es agua
Extraer la huella
sábado, 8 de febrero de 2014
Vencibles
Estetoscopio
Vi el ardor nuestro entre esas fieras
que bailaban lejos.
Vi la ausencia llorando por ríos de tinta
y apoyar la cabeza en las sábanas ajenas.
Vi la cúpula azul cubierta de flores,
de flores azules,
camuflando la herida bajo espinas.
Ya era tarde para abrir al ayer por el centro,
sacar su corazón
e intentar consolarlo golpeándolo con la lengua.
Vi al Yo encerrado en vestidos de
vacío
de
Inflexión
martes, 28 de enero de 2014
es verde mi piel bajo la tela que cubre solsticios de leche,
piedras de mar,
rugido apelmazado en los muslos.
tapo mi rostro para que no descifren el código del que está hecha:
es cruda
como los moluscos cuando cantan y saben que ha llegado la Hora.
no quiero que los otros toquen mis escamas
aunque me asfixia la soledad de la pared rojiza,
de la ciudad desnuda,
de la espuma brotando sin cesar de la grieta encerrada en el pecho
que sabe a sombra.
pienso en mirar hacia atrás para comprobar si sigo ahí sentada
en el rincón claroscuro de todas las estrellas rotas,
pero me retiro
me ardo
me duelo en nostalgias.
es flácida la carne cuando los agujeros empiezan a ganarle terreno a la salud.
a la salud mental.
a las voces que no deberían hablar.