lunes, 7 de enero de 2013

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¿Y si no hay esperanza ya en estas manos cansadas?, si todo por lo que he luchado se desvanece de un soplido... Si eso ocurriera, habría que empezar a levantar nuevos cimientos encima de las cenizas con las mismas manos cansadas que una vez sostuvieron las tuyas, con los mismos ojos que te miraron como si nada más existiera, con esos mismos labios que una vez, sólo una vez, se rindieron a los tuyos y conjuraron una maldición jamás rota.

Vivo sin vivir

En ese páramo cercado por afiladas verjas de hierro, frío, solitario, impenetrable. En la espuma del mar abandonada en la orilla. En cada palabra de despedida. En cada lágrima derramada. En cada uno de los sollozos que provoca una desilusión. Ahí se encuentra perdido mi corazón, desterrado por manos fuertes e impasibles. Sin brújula ni orientación alguna que pueda hacerle regresar a mi pecho. No, no tengo corazón. Ya lo único que me queda es un hueco en mi interior que anhela ser sellado porque sé que él jamás regresará a mí, porque las personas cambian cuando se desgarran sus sentimientos. Yo no soy más que un ser inerte que se desliza por las paredes del olvido, fingiendo sonrisas donde tengo la sensación de que hacen falta, sólo y únicamente para que aquellos seres con corazón puedan gozar del suyo más tiempo del que me permitieron a mí.

jueves, 3 de enero de 2013

Superémosnos

Pasan los años y el mundo no logra salir de este círculo vicioso llamado religión. Aunque, más bien somos nosotros mismos, y me incluyo por no "pecar" de altanería, los que nos frenamos en el proceso evolutivo. Quedarnos con las costumbres, con los dogmas, con una creencia hacia algo no demostrable que nos pone un yugo sobre el cuello y nos tapa los ojos, causa únicamente una autoesclavitud; es decir, creer en algo ciegamente conlleva que nadie se cuestione nada acerca de ello y, por consiguiente, nos arrodillamos ante algo que alguien inventó en el pasado, algo que, según lo escrito, marca nuestro camino, arrebatándonos hasta la opción de dirigir nuestras vidas hacia el camino que nosotros mismos decidamos.
Otro punto de discordia es el trato hacia la mujer que todas las religiones sostienen: es un ser maligno, corrupto y envenena al hombre, por lo que solo podrá tratarse como objeto de placer. ¿Es justo?, ¿es racional?, ¿es acaso propio de una sociedad del siglo XXI que siga existiendo estos pensamientos?
Para finalizar esta explosión de razonamientos que desde hace tiempo me planteo, me gustaría destacar el mayor problema que ha originado y aún origina la religión: los conflictos sociales. Todos conocemos el conflicto árabe-israelí o la matanza de cristianos en la antigua Roma. El fanatismo provocado por la religión, he aquí la semilla de un odio incontrolable entre seres humanos iguales, entre individuos idénticos en esencia pero separados por un abismo creado por la religión.
Con esto no pretendo ofender a nadie, solo plasmar mis inquietudes e intentar que ustedes, los lectores de este blog, reflexionéis y cuestionéis cada elemento que os rodea, que no os quedéis en la simplicidad e intentéis ver el mundo desde múltiples puntos de vista. Creo que ese es uno de los retos más difíciles de conseguir: despegar nuestras mentes de lo ya aceptado desde hace años y años, pero los retos existen para ser superados.