sábado, 29 de diciembre de 2012

Out of the world

Deshacer las cadenas que nos atan a la cordura. Bailar desnudos bajo la Luna al son del rock de los que no quieren un cura.
 
 

Broken

Esos suspiros que se tornaron puñales en el alma. Alfileres negros. Esa ilusión que se jubiló para dejarnos sin sueños. El quedo sonido de los planes a medio hacer, rompiéndose bajo nuestros pies descalzos.

Aquel lugar donde los sueños se hacen realidad

Ayer noche. Mis ventanas abiertas. Mi dormitorio. Decidiste entrar. Como un gato, ronroneando, te enredaste bajo mis sábanas, en mi pelo, en mis labios. La noche jamás fue tan luminosa. Prometiéndonos amor enterno con cada caricia, con cada beso. Miradas llenas de devoción, encerrando en ellas todos los secretos que no nos atrevimos a susurrarnos. Tú y yo, nada ni nadie más. Los segundos congelados, el reloj ardiendo. Las estrellas, perplejas. Bajaste la Luna a los pies de la cama.



lunes, 24 de diciembre de 2012

Un largo camino por recorrer

He sonreído. He llorado. He amado. He odiado. He enamorado. He desenamorado. He peleado. He sido derrotada. He vencido. He tirado la toalla. He alzado la cabeza. He tenido problemas. He hallado formas de solucionarlos. He cometido errores. He dañado. He sido dañada. He acariciado. He sido acariciada. He abrazado. He sido abrazada. He bailado. He cantado. He hecho el idiota. He sido humillada. He humillado. He sido engañada. He soñado. He tenido pesadillas. He gritado. He callado.
He hecho todas estas cosas, pero me quedan muchas más para poder decir que he vivido.


sábado, 22 de diciembre de 2012

Como un sueño

- Cierra los ojos, bien fuerte. ¿Ya? Vale, cuenta hasta 5, vamos.
- 1, 2, 3, 4,...
- ¿Y el 5?
- 1, 2, 3, 4,...
- ¿Otra vez igual?, ¿por qué no sigues?
- Porque estar contigo es un sueño y temo que desaparezcas al abrirlos.


A fuego



Aún aprieto mis dientes con impotencia al saber que, aunque no quiera reconocerlo, dejaste tu nombre grabado en mi corazón. Grabado a fuego.


Esto nunca será un cuento de hadas

Cuan frágil es el ser humano.
Llega al mundo con un llanto constante que sale de su pequeño pecho, un mundo que él no ha podido elegir. No se dará cuenta del caos que lo rodea hasta que ese caos lo inunde, conquista llevada a cabo por sentimientos que muy pocos consiguieron vencer. Desde ese preciso momento, él mismo se transforma en su mayor traidor, en su gran enemigo, principalmente por un pequeño pero relevante motivo: hará siempre lo que su razón le dicte, sin saber que vive para sentir, no para actuar como si de un robot se tratase. Sentir la vida, he aquí la cuestión. La mente, recolectora de conocimientos derivados de la experiencia en su mayoría, puede hacer el bien al parar sus impulsos y hacerle razonar, pero posee un fallo innato en su fabricación: frena su espíritu, lo encarcela en una jaula cuya llave parece estar demasiado lejos para que sus cortos brazos la alcancen.
En sus manos está ahora decidir si seguir en esa prisión de rutinas, horarios marcados e inamovibles, y una paleta de colores grises; o estirar sus extremidades hasta que crujan, mover las manos desesperadas para lograr recuperarla y abrir la puerta, la puerta hacia la vida, la aventura, los descubrimientos, la lucha constante hacia la felicidad. Sentir la vida sin barreras.

Solo sonríe.

Escúchame, estoy aquí, frente a ti, y no pienso irme hasta que no sepas que jamás me iré de tu lado sin haber logrado dibujar en tu cara una sonrisa.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Keep

Decidió guardarlo en su pecho, junto a su corazón, pues sabía que estando allí jamás lo olvidaría.

No tan locos

Y sonreírle a la vida sin contemplaciones, que se entere de que estamos hechos a prueba de balas. Bebiendo encima de los tejados como gatos que no necesitan un hogar, alzando la cabeza ante cualquier dificultad. Sin más preocupaciones que encontrar tristes versos que rimar.

Stop

Quizás fuéramos "nosotros" si mis pies no frenaran al verte. Podría, si mis miedos no superaran mis sentimientos. Emociones encadenadas a vanas respuestas de preguntas jamás elaboradas, inexistentes por la imposibilidad de sumergirse en este mar que es, al fin y al cabo, la vida misma. Por desgracia, los flotadores no están aún a mi alcance.