viernes, 21 de agosto de 2015

Mi vida está compuesta por cuatro paredes
blancas y duras como la carne de la mujer
que me retiene dentro

existo en su seno
alimentándome de sus células
de su sangre calor y oxígeno
soy un parásito

la luz no llega a mi piel
abre grietas en el vientre hinchado
buscándome para anidar en mí
pero no tengo color no tengo el pigmento
suficiente como para retener algo
alguien

me corrompen todos los átomos que soporto
me corrompen las palabras asfixiadas por la placenta
me corrompe la unión, ira roja
densa y profunda
como los ojos de la mujer
que me da su alimento

y yo me miro en estas paredes blancas y no me reconozco
aparto los pliegues de la piel intentando
destruir los muros
busco en la sangre algún indicio de equivocación
pero soy genéticamente igual de enferma
que ella

sábado, 25 de abril de 2015

Toda esta realidad será algún día destruida
por la misma carne que la dio a luz
nosotros moriremos entre una lluvia de lágrimas
lanzadas desde las torres que un día elevamos
para acercarnos a Dios
pregúntame cómo lo hicimos
cómo colocamos nuestros miedos por encima de la Poesía
cómo nos ocultamos frente al espejo
cómo esquivamos a los hombres caídos
nosotros no somos más que agua sucia
cientos de cubos llenos de recuerdos tangibles
podemos ser arrojados a los contenedores
ser arrojados al olvido y aún así actualizar nuestro muro de Facebook
miradme y decidme si es esto lo que esperabais al pronunciar futuro
toda esta realidad nos está dibujando cánceres
pero no nos importa
mañana devoraremos sin piedad un cordero y lo llamaremos África
pero no nos preguntaremos por su hambre
seremos aniquilados, creedme cuando os digo
que ninguno de nosotros conservará sus ojos para ver a sus hijos
ya les estamos arrancando la piel antes de nacer

Sentí esto mucho antes
lo recuerdo, el desgarro justo
en el centro de mi pecho
las manos vacías tendidas a lo largo
de la habitación, un hueco entre las paredes
y mi cuerpo
Está ahí bajo mis pies el sabor la profunda
zarpa que ahonda en mi cuerpo
sube hacia las vértebras se queda en silencio
toda la noche
acunándome como nunca antes alguien lo hizo
pero ya no está ya no está ya no está
lo marqué con mi sangre las marcas de sudor
el miedo de la infancia mis suspiros adolescentes
dónde está dónde
ya no cabe en este planeta mi llanto

lunes, 13 de octubre de 2014

Te escribo:
Arrancar tu médula del cosmos y pintarla
con todas sus pupilas
Pulsar el botón, borrar arrancar
su eco retumba en mi vientre
el animal
Sangrar con tu médula el cosmos
Elijo el sonido de tu cuerpo
único verdadero
Me hablas de nacimiento cuando me aferro
a las esquinas de mis venas
cuando soy ínfima y no me encuentro
Tu médula alimenta todo tu cuerpo
Podría soplarme las manos y se desvanecerían
sin haberte tocado
¿Ves en ellas la piel que me abandona?
Tu médula pronuncia mi nombre en el orden exacto
Mi voz suena diferente
callo
oigo mi mente encerrada
oigo los pasos
Camina tu médula hacia el fuego
El frío también escuece en la sangre olvidada
en la sangre no amada
en la sangre que queda y no se reproduce en otras formas
Hacia el fuego yo me adentro con tu médula
Pisar la hierba con el llanto
tocar la tierra donde nace la espina
Me pregunto si aún existen las hormigas
ya no las siento comer de mi corazón
Tienes el sabor de toda muerte
Con la boca comulgo frente a ti
antes de apartar la sombra
sufre la sangre escuchándome desde
la otra línea
es la lluvia de puro ácido lo que me separó de mí
no de mi carne no de mis muslos rociados con la escarcha
yo germen de vida
yo cigoto sin habla
sino de la fibra última y más verdadera
por las paredes repto hacia la cúpula de cristal
es translúcida como la piel que ya no me recubre
siento el frío siento el fuego
sigo el camino hacia
el camino a través
gira en torno a mí y escucha porque este pecho ya no
contagiará a las pequeñas bestias

jueves, 2 de octubre de 2014

Tengo a todas las aves volando en círculo
sobre mi cabeza pero tú aún
no has girado hacia el cielo pero tú aún
no has recogido las semillas de mi vientre y has visto
que sigo aquí a tu lado como aquel
ciervo que huele la muerte en su madre pero
todavía mama de la leche caliente pero todavía
bala sobre el musgo que poco a poco
lo viste de niebla y yo entorno mis ojos hacia las aves
y deseo no tener manos ni dedos para así
poder acariciarte el alma

martes, 9 de septiembre de 2014

Abeja reina abeja muerta

Tienes en el alma un enjambre blanco
de armas silenciadas.
Veo a través de tu piel
la niebla te compone como si las flores
ya no fueran suficientes.
Flores para un cadáver de cieno,
una cascada repleta de ojos como agujas
señalando hacia ninguna parte.
Entornas la mirada y te ves desde dentro:
una ciudad derruida por los cañones del hastío,
las cenizas y la escarcha.
Tienes entre las costillas el reflejo del insomnio,
la boca de marfil,
todos los animales que soñaste.
Tu cabeza se inclinará frente al Hambre
y la sangre llorará tu ausencia.
Pero no huyas de ti,
eres el arma última de tu especie.